Las cicatrices en cirugía mamaria: lo que toda paciente debe saber
Cuando una mujer decide someterse a una cirugía mamaria —ya sea una mamoplastia de aumento, una pexia periareolar o una mastopexia con cicatriz en T invertida— es natural que una de sus mayores preocupaciones sea la cicatriz que quedará. Como cirujano plástico con más de 20 años de experiencia, sé que las cicatrices no solo se ven, también se sienten. Por eso, además de cuidar los resultados estéticos, me enfoco en que el proceso de cicatrización sea seguro, predecible y lo más armónico posible.
A continuación, te explico los diferentes tipos de cicatrices que pueden aparecer en cirugía mamaria y cómo mi técnica de cuñas y puntos invertidos marca la diferencia.
Mamoplastia de aumento: cicatriz pequeña, gran transformación
En una mamoplastia de aumento, la cicatriz suele ser mínima. Las vías más utilizadas son:
Surco submamario (la más frecuente): una pequeña incisión de 3 a 4 cm justo en el pliegue debajo del seno.
Areolar: cuando se accede a través del borde inferior de la areola.
En todos los casos, se busca que la cicatriz sea lo más discreta posible y que, con el tiempo, se vuelva casi imperceptible.
Pexia periareolar: elevación con cicatriz alrededor de la areola
Esta técnica se utiliza en casos leves de caída mamaria (ptosis). La cicatriz queda alrededor de la areola, donde el contraste natural entre piel y pigmento permite disimularla muy bien.
Es una opción ideal para pacientes que necesitan una leve elevación o corrección de asimetrías, y desean mantener un resultado muy natural, sin cicatrices visibles en el polo inferior del seno.
Mastopexia con cicatriz en T invertida: más firmeza, más forma
Cuando el grado de caída es moderado a severo, se requiere una mastopexia completa con cicatriz en forma de T invertida. Esta técnica implica:
Una cicatriz vertical desde la areola hasta el surco mamario.
Una cicatriz horizontal en el pliegue submamario.
La periareolar (alrededor de la areola), en conjunto.
Aunque puede parecer una cicatriz más extensa, es la que permite reconstruir completamente la forma, proyección y firmeza del seno, logrando resultados duraderos y estéticamente proporcionados.
¿Y cómo hago que esas cicatrices sanen mejor?
Aquí es donde entra en juego uno de los aspectos más importantes de mi técnica: el uso de cuñas y puntos invertidos.
Esta técnica exclusiva permite:
✔️ Distribuir las tensiones internas de forma inteligente, evitando que la cicatriz se ensanche con el tiempo.
✔️ Unir los tejidos en planos profundos, lo que le da más soporte a la piel y menos tensión al cierre superficial.
✔️ Lograr cicatrices más delgadas, planas y estéticamente agradables.
Además, utilizo materiales de sutura reabsorbibles de última generación, que no requieren retiro y favorecen una cicatrización más limpia y controlada. También incluyo protocolos postoperatorios personalizados con láminas de silicona, seguimiento fotográfico y acompañamiento emocional durante el proceso.
No es solo una cicatriz. Es tu historia, y merece ser cuidada.
Cada mujer tiene una historia única. Algunas llegan buscando armonía, otras recuperación, muchas buscan volver a reconocerse en el espejo. Mi misión es que, más allá de la cicatriz, veas resultados reales, femeninos y coherentes con tu cuerpo.
Y si hay una marca… que sea una marca de transformación, no de arrepentimiento.
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